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Depósito aduanero: claves y ventajas

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El depósito aduanero es una opción más que interesante para llevar a cabo varias operaciones de importación de mercancías. De hecho, como empresa de transporte, desde Grupo Caliche destacamos este servicio, puesto que es de gran ayuda para muchas compañías dentro del sector logístico. Ahora bien, ¿qué opciones ofrece y cuáles son sus beneficios?

¿Qué es un depósito aduanero?

Se trata de un servicio que se ofrece como régimen aduanero y permite el almacenamiento de las mercancías bajo un control de las autoridades aduaneras. Para beneficiarse de este servicio, destacamos que pueden almacenarse aquellas mercancías de fuera de la Unión Europea con derechos de importación u otros gravámenes que hayan sido prescritos por disposiciones dentro de la legalidad vigente.

Asimismo, pueden incluirse aquellos objetos sujetos a medidas de política internacional que no prohíban la entrada o salida de mercancías dentro del territorio aduanero de la Unión Europea. Igualmente, es apto para las mercancías que procedan de la Unión Europea y que no estén adscritas a un régimen de almacenamiento conjunto.

¿Cómo funciona?

El funcionamiento de estos productos depende de varios factores como el espacio disponible para alojar las mercancías, el tipo de producto que se vaya a alojar, los países de origen y destino o los convenios que haya con las autoridades competentes.

En cualquier caso, son más los trámites que el propio hecho de guardar la mercancía. Una vez que todos los documentos han sido firmados y tramitados, el proceso de llevar y alojar la mercancía apenas lleva tiempo.

Ventajas

Usar un depósito de aduanas permite ahorrar costes, puesto que podemos reducir el tiempo de estancia de la mercancías en los puertos, así como aporta más flexibilidad en el conjunto de las operaciones. De la misma manera, brinda más eficacia y seguridad en todo el apartado de movimiento de mercancías.

Además de ello, contar con este servicio permite disponer de un plazo ilimitado para almacenar las mercancías, salvo con determinados productos como los de tipo agrícola. También es posible suspender el pago de aranceles y del IVA hasta que las mercancías no cuenten con un destino aduanero definitivo. Por su parte, ofrece la posibilidad de efectuar envíos y despachos parciales.

A todo ello hay que añadirle otras opciones que se dan siempre y cuando se cumplan una serie de circunstancias que dependen tanto del producto como del país de importación y exportación. Estas ventajas extra serían las ventas en el depósito, las manipulaciones de manera usual y las retiradas de las mercancías, así como la reconversión en unidades y el almacenamiento con otras mercancías que cuenten con un estatuto aduanero distinto.

¿Depósito aduanero o temporal?

Hay ocasiones en las que confundimos la nomenclatura de depósito de aduanas con el almacén de depósito temporal, cuya diferencia principal radica en el tiempo total permitido de una mercancía en un espacio físico concreto. En caso de optar por la segunda opción, hay un plazo de espera que varía según la vía de llegada.

Si la mercancía arriba por mar, el plazo es de 45 días, mientras que el resto de mercancías contarán con 20 días y la posibilidad de pedir prórrogas a los 90 días. Antes de que llegue el fin de cada plazo, el importador debe asignar un destino aduanero y, si no conoce dicho destino, puede dejar la mercancía en un depósito de aduanas, cuyo plazo máximo de estancia es ilimitado.

En resumen, contar con un depósito aduanero permite que nuestra mercancía pueda permanecer mucho más tiempo a la espera de darle una salida en función de las necesidades de la empresa o bien de cuándo quiera recibir el producto el cliente final.

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